Si nos remontamos tres años atrás, recordaremos muy cercanamente la crisis financiera norteamericana, que desencadenó la quiebra de grandes instituciones de créditos hipotecarios y la pérdida de valor de propiedades inmobiliarias. Esta situación aún repercute en el actual mercado de las hipotecas inmobiliarias. En Estados Unidos resurge la incertidumbre y la incerteza política durante este 2012, esto junto al período eleccionario, donde los ciudadanos tienen la última palabra.
La crisis “subprime” aún no ha terminado, con ésta frase el premio nobel de economía, asegura que será una crisis larga e incierta. El mayor riesgo no se encuentra en el déficit fiscal, sino en el sistema financiero actual, quien aún tiene restricciones para poder prestar dinero a las personas adecuadas. La caída de los bancos en materia hipotecaria, es aún un problema del cual no pueden reponerse y que les costará salir.
Ahora bien, la crisis actual que vive la Unión Europea debido al debilitamiento de su sistema monetario y fiscal, no es otra cosa que el mal manejo de una competencia sostenida frente al patrón del dólar americano. Este año será más duro que el anterior, aún existen naciones que no se han debilitado del todo, aún sabiendo que sus deudas fiscales están al borde de estallar. La unificación de Europa es más complejo de lo que se puede vislumbrar, el poder de los gobiernos está en el control sobre naciones más débiles como es el caso de Grecia o Portugal. La recesión ya es parte del presente y los escenarios probables estiman generar mayores recursos a los más caídos, eso sí estableciendo mayor austeridad en el presupuesto fiscal, pero esto perjudicará los programas sociales. Existe una presión, tanto por parte del mercado como de los países que le observan, especialmente del grupo de los BRIC.
Las decisiones no deben ser populistas, “lo que la gente quiere” se debe evaluar manejar un liderazgo para salir lentamente de la crisis y levantar la alicaída economía de mercado.-